El fundamento de los valores del Programa Talitha Qum está relacionado con el carácter humano cristiano que inspira y da vida a cada acto, pensamiento y palabra, es por ello que en el proceso de acompañamiento que brinda a niñas, adolescentes y sus familias, tiene presente los principios que dinamizan las relaciones entre el equipo de trabajo, con las niñas adolescentes y al interior de la familia como en el ámbito social y en la cercanía con Dios. En este sentido, los valores ayudan a construir relaciones sólidas, afectuosas y transparentes con quienes se interactúa diariamente, (bien sea, dentro del equipo de trabajo, con las niñas – adolescentes y sus familias, con amigos, bienhechores – voluntarios, como también con las relaciones establecidas con las personas que hacen parte de las organizaciones e instituciones con quienes se tienen alianzas.)

Valores que se profesan en el Programa Talitha Qum

Esperanza: La esperanza es una virtud que hace que los seres humanos vivan en constante evolución hacia el alcance de sus aspiraciones. Esta virtud está cimentada en la fe, ya que hace entender a las personas, de manera vivencial que es importante ser paciente y tener la seguridad de que va a lograr sus ideales y que lo que sueña lo alcanzara a su debido tiempo. Para conservar la esperanza es importante no dejarse llevar por el pesimismo y la desilusión, pues estos sentimientos impiden ver los aciertos del futuro. Para el programa Talitha Qum este valor y virtud teologal es muy importante ya que por atender una población tan vulneradas en todos sus derechos y vivir en las periferias de la Ciudad pueden perder los ánimos y darse a la desesperanza y a la desmotivación del alcance de sus objetivos.

 

Oración: Siendo la oración un trato amoroso con Dios, con quien sabemos que nos ama, como bien lo expresa Santa Teresita, ayuda al ser humano a encontrarle sentido a la vida, cuando dirige su mirada al Padre misericordioso que con solicitud cuida de su criatura. Este valor es esencial en el Programa Talitha Qum ya que, por acompañar una población tan vulnerada en sus derechos, es importante fortalecer el encuentro personal y familiar con Dios quien da fuerza y anima en la esperanza, además de ser la vida humano-cristiana-espiritual el eje transversal del Programa.

 

Perdón: Es el acto gratuito que restituye la libertad a aquel que se acusa, en cuanto que le abre un porvenir nuevo, dándole la posibilidad de cambiar. El perdón es conceder crédito a la libertad del otro, rechazando tanto la actitud de conveniencia con el mal como la de venganza; el perdón es don y gracia de Dios, pero exige de un gran esfuerzo, ya que el obstáculo que hay que superar requiere de más amor. Es por consiguiente un acto exigente, que tiende por su propia naturaleza a la conversión y al cambio del otro. Con el perdón se pone de manifiesto la caridad de Dios y su justicia misericordiosa. Para el hombre consiste, en último análisis, en ver el mal antes dentro de sí mismo, y luego en los demás supone la conciencia del propio pecado y de la propia precariedad, vivida no en términos de desesperación, sino de apertura hacia la posibilidad del cambio.

 

Gratitud: No es fácil llegar a comprender el valor de la gratuidad, ya que «lo gratuito» es hoy precisamente «lo que no vale nada». En un sistema de relaciones humanas comercializadas, todo se da «a cambio» de otra cosa, y se desconfía de aquello que se nos da por nada. Hay desde luego cosas «que no tienen precio», pero son justamente aquellas por las que no se podría nunca pagar lo suficiente, aquellas que no pueden ser vendidas y menos aún regaladas. Y he aquí que el amor es aquello que «no tiene precio», que no puede ser comprado ni cambiado por ninguna otra cosa, pero que en su esencia misma conlleva el que se regale: es un don gratuito. Todo lo más, puede imaginarse que el amor «hay que merecerlo»; sin embargo, cuando llega se comprende que es inmerecido o que supera todo lo que podría merecer. teniendo presente que este valor es escaso en la población que atendemos, pues creen que tienen derecho a recibirlo toda sin nada a cambio.+

 

Responsabilidad:  Cuando se reflexiona sobre este valor humano se hace necesario unir la razón, la voluntad y la esperanza de tal manera que la persona pueda realizar la tarea no como una imposición sino consciente de los actos que pueden emanar de ella, En el programa Talitha Qum es importante fortalecer este valor para ir forjando la voluntad especialmente en las niñas y adolescentes y de esta manera dinamizar su proyecto de vida. Esta virtud puede apreciarse en uno mismo y en los demás. Una persona es responsable cuando, consciente de sus actos, sabe que estos son causa directa o indirecta de un hecho, por el cual es necesario responder. La responsabilidad se entiende como la obligación que tiene toda persona de responder por algo, de dar cuenta de lo que hizo, hace o dejó de hacer y también como la capacidad para asumir las consecuencias de los actos que se realizan de manera autónoma. Para ser responsable debes llevar a cabo tus trabajos con seriedad y cumplimiento, responder a tus deberes familiares, escolares y cumplir tus promesas, sin necesidad de que te lo exijan o recuerden.

 

Honestidad: Valor o cualidad propia de los seres humanos que tiene una estrecha relación con los principios de la verdad y la justicia, es de resaltar que  la persona honesta siempre antepone la verdad en sus pensamientos, expresiones y acciones, por lo tanto es coherente entre lo que dice y hace. Fortalecer este Valor en el Programa Talitha Qum es apostarle a la dignidad humana desde la sinceridad, la transparencia y la honestidad especialmente en las etapas de la infancia y la adolescencia forjando personas capaces de construir un mundo más justo y más humano.

 

Respeto: “trata a los demás como quieras que te traten”, El respeto es una actitud humana que implica comprender al otro y aceptarlo aun cuando no se está de acuerdo con él, teniendo presente que somos todos diferentes.  Este valor es muy importante en el Programa Talitha Qum, ya que todas las personas de la Institución deben hacerlo vida con palabras y acciones concretas garantizando una convivencia pacífica.

 

Libertad: Es la capacidad que tiene el sujeto humano para tomar todo tipo de decisiones en lo que respecta a su estilo de vida, a sus creencias, a sus valores y a sus modos de conocimiento. La libertad nunca debe afectar al otro ser humano.

 

Dignidad humana:  Principio intrínseco y supremo que cualquier ser humano puede contribuir a desarrollar a través de sus acciones y comportamiento; Independientemente de la situación económica, social, cultural o ideológica que una persona presente. Para la dignidad humana no importa qué se piensa, sino más bien qué se hace con ese pensamiento.

 

Tolerancia: La tolerancia es el valor universal que permite no sólo aceptar a los demás, sino tener la disposición para conocerlos y para que te conozcan mejor, para compartir con ellos, para ofrecerles ayuda y para regalarles parte de tu alegría y felicidad. Este valor expresa el respeto por los otros y la capacidad de convivir y compartir con ellos en la diversidad, consagrando así las aptitudes al servicio de los semejantes. Quien es tolerante asume una actitud de igualdad con las personas, independientemente de su culto, raza, discapacidad, género, cultura, clase social. La persona tolerante encuentra en sí misma, riquezas por descubrir.