Fundación Renacer-Fecha de publicación: 23 septiembre, 2019

En 2019, Talitha Qum se proyectó con fuerza en escenarios locales y nacionales. Las niñas alzaron su voz en espacios como la Procuraduría General y la Casa de Nariño, donde recitaron poesía y presentaron su musical sobre la trata de personas. Se fortaleció el seguimiento integral con mejoras al sistema PLATIN y se ampliaron alianzas. La gestión de recursos permitió obras como el aula de internet y la expansión a La Candelaria. El arte, la formación y la organización comunitaria consolidaron un año de participación y crecimiento. Se obtuvo el Premio La Muralla ¡Soy Yo! en la categoría Jóvenes por las destacadas acciones en la prevención de la ESCNNA.

En 2019, el Programa amplió su proyección y profundizó su incidencia en espacios interinstitucionales y eclesiales. Las niñas comenzaron a participar activamente en instancias nacionales e internacionales, destacándose su intervención en la rendición de cuentas de la Procuraduría General, en la que presentaron el musical de prevención a la trata de personas. Asimismo, se potenció su presencia en escenarios eclesiales a nivel parroquial, zonal y arquidiocesano, aprovechando sus habilidades artísticas para reforzar la identidad del Programa.

Se hicieron mejoras en los formatos de seguimiento integral (PLATIN) para consolidar la información real de la atención brindada, y el Programa se visibilizó a nivel presidencial. Este logro incluyó la acogida del Presidente de la República, Iván Duque, en Palenque, donde se recitó la poesía “me gritaron Negra”, culminando con una reunión en Casa de Nariño.

La gestión de recursos se fortaleció mediante la financiación de proyectos –como el de prevención a la trata de personas y el de prevención al abuso y la explotación sexual– y a través de actividades económicas como el «Pulguero» y la «cena rosada», además del aporte constante de bienhechores. Paralelamente, se consolidaron nuevas iniciativas: la replicación en La Candelaria, la creación del Himno Talitha, la donación de una casa a la familia Zabaleta Torres, y el descubrimiento y desarrollo de potencialidades de las niñas y adolescentes.

Estas acciones se complementaron con esfuerzos de formación, reestructuración del equipo (liderado por coordinadoras y profesionales como Ónix, María Alejandra y Alejandra) y la participación en diversos encuentros, proyectos académicos y culturales, fortaleciendo los vínculos interinstitucionales y la colaboración con la Policía de Infancia y Adolescencia. Construcción aula de internet sede San Francisco con equipos.  Además, se evidenció la diferencia en la participación de las familias, siendo más activa en la sede de San Francisco en contraste con La María, y se plantearon estrategias para enfrentar los desafíos del entorno psicosocial.